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NUESTROS CÓDIGOS DE CONDUCTA.

Carta Gerencial

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Desarrollo Organizacional, Desarrollo Profesional y Recursos Humanos

NUESTROS CÓDIGOS DE CONDUCTA.
Profesor Emilio Fereira, PhD. - Vice-Presidente Académico Dempre Consulting Group

La crisis de Venezuela es de naturaleza moral. Hay una descomposición de los principios y valores fundamentales. Actuar ajustados a los mismos significa proceder en conformidad con una norma o Código que determina la conducta a observar en una situación determinada. En todas la instituciones, -hogar, escuela, universidad, fábrica, empresa, organización pública o privada- hacen falta códigos de actuación que conllevan integridad moral y valores.

Cada institución humana ha de comprometerse con una filosofía manifestada en su misión y visión y reflejada en la declaración formal de un Código de Conducta. Definirlos es fundamental. Durkheim señala, en efecto, que “la moral es un sistema de reglas de acción que predeterminan la conducta”. Estas reglas dictan cómo hay que obrar en unos casos determinados, y obrar bien significa obedecer: “Ellas nos mandan; imponen el respeto en nosotros; no podemos sentir que estamos en equilibrio sin ellas. Nos damos cuenta que ellas representan algo dentro de nosotros que es superior a nosotros” (Durkheim, 1973, On Morality and Society).

En consecuencia, una organización privada o pública, debe dar respuesta a interrogantes como los que siguen: ¿Es ético aceptar un soborno para otorgar un contrato? ¿Es ético ocultar información que podría descorazonar a un candidato a laborar en la organización? ¿Es ético pedir a alguien aceptar una responsabilidad que se sabe no será conveniente para su desarrollo humano o profesional? ¿Es ético realizar un negociopersonal en el tiempo que se debe dedicar a la empresa? ¿Es ético substraer unas hojas de papel de la oficina y unos lápices para que los hijos dibujen en la casa? La lista de ejemplos podría ampliarse largamente.

A pesar de las inclinaciones iniciales, de cada uno, para responder a estas preguntas, el punto fundamental, para todo miembro de un organismo social, cultural, económico, religioso, es el tener presente que está llamado a actuar, en todo momento y circunstancia, según las normas éticas y morales plasmadas en los principios y valores fundacionales, señalados en el libro del Éxodo, generalmente internalizados en el hogar como los diez mandamientos de la Ley de Dios:

“No tendrás otros dioses delante de mí. No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas. No te postrarás  ante ellas, ni les rendirás culto […] No pronunciarás en vano el nombre del Señor, tu Dios, porque él no dejará sin castigo al que lo pronuncie en vano. Acuérdate del día sábado para santificarlo […] Honra a tu padre y a tu madre, para que tengas una larga vida en la tierra que el Señor, tu Dios, te da. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No darás falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás la casa de tu prójimo: no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni ninguna otra cosa que le pertenezca” (Ex. 20:2-17).

Versión de Los Diez Mandamientos para el Siglo XXI
Conferencia Episcopal Española, Año 2000

I. Afirmarás la existencia de un Ser Supremo y reconocerás en tu vida que no adorarás a los ídolos que te ofrece la sociedad de consumo: Dinero, Placer, Poder.
II. No abusarás del Nombre de Dios; no te aprovecharás de los privilegios económicos, sociales o políticos.
III. Descansarás una vez a la semana.
IV. Respetarás la comunidad familiar.
V. Respetarás el derecho a la vida humana, individual y colectiva, en sus personas, ambientes y estructuras.
VI. Desarrollarás tu persona en un amor comprometido.
VII. Respetarás el derecho a la propiedad en personas grupos y pueblos.
VIII. Buscarás constantemente la verdad.
IX. Buscarás el desarrollo integral de personas
X. Promoverás el desarrollo de los pueblos.

La ética y los valores favorecen una visión sana de las cosas. El ser humano, en efecto, no es perturbado por sus actuaciones y por lo que le sucede, sino por el modo de percibirlas. En un taller con un grupo de trabajadores de una empresa importante del país, les pedí que escribieran, en una tarjeta, al menos tres principios o normas recibidas de sus padres, abuelos, tíos o adultos significantes. De forma participativa se seleccionaron las 57 más escogidas; de ellas las destacadas fueron: Sé agradecido, Respeta a los demás, Se constante, perseverante, honesto. Asume tus compromisos, se responsable, ordenado y pulcro. Muestra buenos modales. Sé paciente, disciplinado, humilde, laborioso. Ten pudor. Escucha siempre a los demás. Inspira confianza y respeto. Haz bien las cosas. Rectifica cuando te equivocas. Respeta lo ajeno. Conserva tus principios éticos y morales. Sé leal e íntegro. Aprovecha bien el tiempo.

Desde una perspectiva psicológica, la actuación ajustada a valores y principios es producto del «aprendizaje social». En tal sentido, Albert Bandura, (1969, Principles of Behavior Moldification) estableció bases para una psicología cognitiva-social, fundamentada en un modelo triádico, de causas recíprocas, en el cual factores personales en forma de eventos cognitivos, afectivos y biológicos, patrones de conducta y eventos ambientales, conjuntamente, operan como determinantes interactivos que influyen unos a otros en una forma bi-direccional.

En este marco, toda actuación humana se conforma bajo mecanismos auto-organizativos, proactivos, auto-reflexivos y auto-regulativos y se ejercita bien a través de acciones personales, de esfuerzos de intermediarios, o de medios colectivos que operan en a partir de creencias compartidas de eficacia, de comprensión alineada de las aspiraciones, del sistema de incentivos y de la acción colectiva. La acción personal ocurre en una amplia red de influencias socioculturales en los que los agentes, es decir, las personas son al mismo tiempo productores y productos del sistema social [A. Bandura,1999, Social Cognitive Theory: An Agentic Perspective].

La persona posee capacidades importantes, como la de escoger, tener propósitos y de actuar de forma creativa, que no se encuentran en los animales o en las máquinas. “El individuo es un animal moral, no porque posee una moralidad, sino porque ha construido un ambiente social en el cual actúa de una manera moral en relación consigo mismo y con los otros” (Cfr. Skinner, About Behaviorism , 1974). En efecto, la visión de la vida, el clima cultural, la conciencia de clase, el espíritu de la época, constituyen «saberes» que cuentan al conformar algunas características de un pueblo, clase, período o cultura.

Una vía para establecer nuevas conductas es hacer que la persona observe a alguien que la lleva a efecto, un modelo. La presentación de modelos es más eficiente que el esfuerzo de conformar la conducta y reforzarla, paso a paso, porque puede mostrarse la secuencia de conductas que han de ser imitadas:

“Uno de los fundamentales instrumentos a través de los que son adquiridos nuevos modos de conducta y modificados patrones comportamentales existentes implica el modelaje y los procesos vicarios. Las investigaciones llevadas a efecto demuestran que prácticamente todo fenómeno de aprendizaje que resulta de experiencias directas puede ocurrir basado en los procesos vicarios surgidos de la directa observación de las conductas de otras personas y de las consecuencias de las mismas” (Bandura, 1969).

Por ello, insisto, es importante el «Modelaje de da Conducta» por padres, educadores, ciudadanos ejemplares. El más grave problema de Venezuela es la casi total carencia de modelos.

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